El figorífico vacío
Por: Kepa Murua
Un día de primeros de año,
con el frigorífico vacío, es la alegría
una ciudad triste que se aleja y bosteza.
Sus últimas monedas, que por esas fechas
buscan trabajo en una ciudad
que no duerme ni te acepta.
La noche de un año maldito
para olvidar sus blancos ojos
en una ciudad de falsas promesas.
Junto al fuego, ateridos de vergüenza,
los amaneceres grises en un banco frío
de enero y la ciudad que aún no despierta.
Con el árbol de las luces apagadas
y la sien de los enfermos en un lugar
cualquiera, que de todos nos aleja.
Entre cartones y bidones de fuego
en el sueño de un rincón perdido.
Esta ciudad que respirar no nos deja.
3 Comments:
De muy buena factura, el poema parece de pronto no avanzar, enfriarse y suspender un vuelo apenas sugerido. Lo he leído varias veces, Pero es solamente una opinión...Saludos
Gracias Ángel.
A mí también me gusta este frigorífico vacío de Kepa Murua. Quizás porque narra algo tan cotidiano que consigue pasarnos desapercibido.
Tenebris, he actualizado con la llegada de noviembre, mi blog de poesía que es ya también tuyo.
Saludos
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