El sastre de Ulm (1592)
Por: Bertolt Brecht
-¡Obispo, puedo volar!
-le dijo el sastre al obispo-.
¡Fíjate, voy a probar!
-Y con algo como alas
el sastre subió al lugar
más alto de la catedral.
Pero el obispo no quiso mirar-.
-Como el hombre no es un ave,
eso es pura falsedad
-dijo el obispo del sastre-.
Nadie volará jamás.
-El sastre ha muerto -la gente
al obispo fue a informar-.
Fue una locura. Sus alas
se tenían que desarmar.
Y ahora yace destrozado
sobre la plaza de la catedral.
-¡Que repiquen las campanas!
Era pura falsedad.
¡Como el hombre no es un ave
-dijo el obispo a la gente-,
nunca el hombre volará!
Del libro Historias del Calendario, 1939
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